El pasado viernes, seis de marzo, y tras participar de la
Santa Eucaristía y del rezo del Santo Vía Crucis por las naves de nuestra Sede
Canónica, la Iglesia de San Sebastián del barrio de Las Huertas, la Hermandad
del AMOR procedió a celebrar el acto de la presentación del cartel que anuncia
la Estación de Penitencia de nuestra cofradía para la Semana Santa de este año
2015.
Nuestro hermano D. José Leyva Cuesta, Vocal de comunicación
y Protocolo, tomó la palabra para dar la bienvenida a los asistentes. Su introducción
se centró en la relevancia del acto que se iba a celebrar pues, presentar el
cartel, es anunciar la inminente llegada del MARTES SANTO, día en que nuestra
Hermandad se vuelve Cofradía y sale a la calle a realizar Manifestación Pública
de Fe con su desfile procesional.
Francisco García Guzmán se situó tras el atril, bebió un
sorbo de agua y, acto seguido, comenzó con su presentación que dice así:
Señor Consiliario
de esta hermandad y Párroco de San Sebastián. Hermano Mayor y Junta de Gobierno
de la Real e Ilustre Cofradía del Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora
del Primer Dolor. Hermanos Mayores de distintas hermandades y representantes de
las mismas. Hermanos de mi junta y de mi hermandad, que me acompañan como
siempre. Familiares, amigos y hermanos todo en Cristo.
Pasan los
años, pero no los sentimientos, al contrario, estos se afianzan y reviven con
el tiempo si son verdaderos. Y es lo que
ha pasado aquí, que los años pasan, vuelan... Que las
circunstancias cambian, sí, pero que hay amistades sinceras que perduran en el
tiempo. A ello se unen momentos, gestos, abrazos, cariño en definitiva que no
pasará nunca.
Y pese al
tiempo, vuelve a sonar la llamada y es una voz reconocible, o dos voces más
bien… Cercanas,
que te trasladan inmediatamente al Martes Santo. Y te hacen
recordar que el Amor de un Hombre fue tan verdadero, que lo llevó a entregarse
por completo, a morir, por Amor en una Cruz.
La voz
cercana propone, insiste, y te hace recordar sentimientos hacia una Madre, que
no han variado un ápice desde que aquí, en este mismo altar, mi corazón le expresara todo lo que sentía y
por Ella, ha seguido sintiendo…….
Por tanto,
pasan los años, cambiamos las personas, las Juntas de Gobierno y los cargos en
las mismas, pero lo que no cambia nunca, lo que por siempre perdura y por
fortuna en el tiempo permanece, son Nuestros Sagrados Titulares y en sí la
Hermandad.
¡Merecería
la pena recordarlo!
Tampoco
cambian los recuerdos imborrables, los que me fueron haciendo, sin casi
saberlo, unirme a esta Cofradía del Amor. Lo recordé
aquí en mí pregón….
Era la
primera vez, que mi hermandad, recorrió
la Carrera Oficial de nuestra ciudad, y tras ella, eligió este lugar,
este sagrado templo de San Sebastián para recogerse.
Aquel año el
Señor no regresó a su barrio del Zapillo, y justo al dintel de esa puerta,
entre el silencio expectante y la oscuridad de la noche en calma, salió a
Recibirlo a Ella, majestuosa en Su paso;
¡¡Señora del Primer Dolor!!
Hay por
tanto recuerdos aquí anclados a esta Cofradía, emociones, sentimientos
verdaderos que han seguido haciéndose latentes cada Martes Santo. Y que esta
noche, se hacen igual de latentes en mi voz y en mi alma.
Por eso he
venido al reencuentro de la palabra, por eso me presento aquí esta noche ante
ustedes, con la gratitud por bandera, con el agradecimiento más sincero en mis
palabras.
Gracias a
quienes volvieron a acordarse de mí, gracias a los que me habéis hecho sentir
de nuevo tan feliz, como el niño que estrena en la gozosa mañana del Domingo de
Ramos.
Y os pido
desde ya, que seáis magnánimos conmigo………
Magnificencia
desde la primera, hasta la última palabra que aquí se pronuncie.
Y disculpadme
el atrevimiento de volverme a poner delante vuestra, pues ni méritos personales
tengo para ello, ni méritos oratorios tampoco, para dirigir mis palabras a los hermanos
de una Cofradía señera.
Con historia
y con peso dentro de nuestra Semana Santa, que ni las circunstancias actuales,
ni otras causas que pudieran derivar, borrarán su glorioso pasado, y su más que
seguro halagüeño futuro.
Y vengo,
como sabéis, a presentaros una foto…….dicho así a groso modo.
Como si
entre mis virtudes o entre mis conocimientos, se encontraran los fotográficos y
pudiera hablaros y supiera describiros, el ángulo perfecto de la fotografía, la
bella perspectiva, el matiz o matices cromáticos, el color y las sombras……… en
definitiva lo que debe ser la descripción de un
conjunto fotográfico, en sí, plenamente conseguido.
Perdonadme
por ello, y mis disculpas especiales las dirijo al autor de la fotografía, a
don Alberto Bascuñana del Aguila, por no saber describir lo que él sintió y
captó en la instantánea que ahora veremos. El amor que siente Alberto por esta hermandad y
especialmente por este Cristo, del que se confiesa un enamorado, del que
incluso durante varios años, fue su costalero, le ha llevado a ser en varias
ocasiones autor de los Carteles de esta, su hermandad, y ganador también en
otras hermandades de la ciudad, como la hermandad de la Macarena o la de Los Ángeles.
Yo te pido
Alberto, casi a modo de disculpa, que seas tú quien descubras este hermoso
Cartel.
Más aún, si
la Imagen representa tanta Verdad y tanta hondura, tanta nobleza en esa mirada
al cielo, que parece exclamar una ayuda Divina. Tanta
angustia en un Rostro donde comienza a dibujarse la muerte. Tanto
desgarro en unas manos traspasadas por unos clavos traicioneros, en unas venas
henchidas las de sus brazos, que hacen más real el tremendo escarnio al que fue
sometido. Tanto
patetismo y tanto dolor en un cuerpo repleto de heridas de las que manan sangre
de Amor y Vida…….
Contemplando
esta fotografía, donde una Cruz se alza triunfante sobre un monte de claveles y
sobre una Muerte imposible y un cuerpo en una imagen desgarradora se nos
presenta casi desnudo y enclavado en un madero, solo cabe destacar Señor, Tu
infinita bondad……..
La infinita
bondad de todo un Dios, que se deja crucificar, por salvarnos, por redimirnos, que se da por entero y que no recurre siquiera
a Su omnipotente fuerza para evitar el sufrimiento y la Muerte.
Porque…………
Dicen Señor que te mueres,
aunque yo no me lo creo……
¿Cómo vas a morir Tú?
¿Qué sería de nosotros luego?
Qué sería de Tu cofradía
y que sería de este pueblo
Que cada Martes te aclama
y te acompaña en silencio…………
Yo sé que te falta el aire,
mientras la tarde va cayendo.
Y Tú fatiga te puede,
Y se hace más grande el sufrimiento……
Pero yo sé que no te mueres.
¡Que yo no me lo creo!
Y no lo
creo, porque solo el Gran Poder del Amor, hace posible que tras Tu entrega,
tras el sufrimiento perfectamente reflejado en Tú cuerpo y en el primer plano
de esta fotografía, sepamos con certeza y así podamos afirmar; que hay Vida.
El Gran
Poder del Amor, vivido como Él nos ama, hace llevadera su Cruz y todas las
Cruces.
No puede
representar más verdad este Cartel, que refleja dos aspectos fundamentales, y
se hacen tan presentes en nuestras vidas cristianas;
¡Cristo y Cruz! ¡Cruz y Cristo!
La Cruz como
signo indeleble de nuestra Fe, como bastión básico y fundamental en nuestro
sentir cristiano. Como símbolo
al que seguir, como señal inequívoca de muerte, sí, pero también la
contemplamos con la certeza que a través de Ella, alcanzaremos la salvación y
la Vida.
¡¡¡Y el
Cristo crucificado!!!
Nuestro
Cristo del Amor, avanzando en la tarde-noche almeriense, donde triunfalmente,
Tú Cofradía se adentra en el corazón de la ciudad, tras dejar atrás la
emblemática calle Granada.
Y tras haber
sonado a compás de Martinetes y fragua, unas voces con solera,
que me sonaron cercanas la noche de antes y allanaron el camino de vuelta a mi
Señor del Gran Poder en esa esquina ya con solera de Navarro Rodrigo con Reyes
Católicos.
Eres derroche de Amor,
la tarde del Martes Santo.
Claro oscuros de quebrantos,
viene dejando la noche….
Enhiesta en el horizonte,
se vislumbra Tú figura
asida al fuerte madero.
Y entre el paso costalero
y los sones de la banda,
entre claveles y lirios,
la muerte pide su sitio
y ya se asoma a Tú cara.
Se enreda por Tú sudario,
se desprende por Tú cuerpo
y son tus brazos abiertos,
señal pura de clemencia
los que piden providencia
desde el pesado madero.
Y desde ese
madero, Tú y solo Tú…En esta
foto, en nuestras vidas y en Tú cofradía. Tú y solo
Tú, ante un pueblo que Te espera en la tarde noche del Martes Santo almeriense.Este es el
ejemplo a seguir, el de un Hombre humilde, que ajeno al dolor y consciente de
la cercanía de Su Muerte, se entregó por entero para cumplir la profecía.
En cambio, parece
Señor que aún, no nos hemos dado cuenta de ello, y no cunde del todo Tú ejemplo
de entrega y de humildad, en el seno de nuestras hermandades y cofradías, donde
de vez en cuando, salpican brotes de vanidad y de egoísmo, de protagonismo
desmedido, bien sea en nuestras Juntas de Gobierno, o en las cuadrillas de
costaleros que quieren ejercer a veces una presión, que no les compete.
¿Qué más le
da al costalero quien lo conduzca a la Gloria, si Tú eres la Gloria misma?
Si la Gloria
se alcanza en una trabajadera anónima, sobre un costal entregado, una cintura
prieta y firme, y unos ojos confiados, que no verán más que por quien humildemente
toque el llamador de Tú paso.
Más nos
valdría, tanto que inútilmente copiamos de otras ciudades costumbres y ejemplos,
a las que también sus miserias le salpican y así lo afirmo, porque conozco a la
ciudad, como sí mía fuera. Quedarnos
con el origen del costalero, sí con aquel origen humilde, con aquel movimiento
que si bien nació en la collación del puerto de Sevilla, para luego extenderse
por el resto de Andalucía y en sus
comienzos actuaban de forma asalariada, y muchos movidos por el ansia y la necesidad
de ganar unas monedas para seguir mal viviendo, fueron más fieles a sus
imágenes y actuaban con más pureza y con más verdad……..
Y les sobró
por completo el postureo tan medido que ahora es tan frecuente delante de
nuestros pasos.
Ojalá esta
foto, ojalá esta imagen que tanta verdad
encierra, pues el Cartel podría bautizarse bajo el título del Cartel de la
Verdad, sirva de
unión definitiva, sirva para cimentar por fin una base sólida en el renacer de
nuestra Cofradía, que nos necesita a todos los hermanos unidos. Sirva para
olvidar y para saber comprender que los humanos nos equivocamos, pero que
siempre, siempre, estamos a tiempo para rectificar.
Y bendito
aquel que se equivoca y quiere subsanar sus errores a base de Fe, de entrega y
de trabajo por su hermandad.
¡Que de
ellos estamos necesitados!
Para irme
despidiendo, solo destacar un par de detalles más sobre nuestro Cartel.
La presencia
de esta iglesia de San Sebastián en el mismo, al fondo de la fotografía como
podéis ver, que parece recordarnos, que iglesia y hermandad, hermandad e
iglesia, deben ser “solo una”.
Que debemos
caminar de la mano y que si ponemos a
Dios en la calle, en un gesto de acercamiento al pueblo, no es para lucir
faroles repujados, ni una bella ornamentación, ni bordados, ni tallas de
especiales relevancias, es para decir y expresar nuestro signo y nuestra
creencia más verdadera. Las
hermandades somos iglesia y debemos ser portadores de Su palabra
“Y LA PALABRA DEL SEÑOR PERMANECE PARA SIEMPRE”.
El otro
detalle a destacar de la fotografía es el cielo. Cielo que todos
alcanzaremos y que otros, ya alcanzaron…
Permitidme
un recuerdo emocionado, casi una confesión íntima y sincera, aunque os la haga
pública en el epílogo de esta humilde Presentación. Las manos
que tanto me enseñaron a conocer y a querer este mundo cofrade, se me fueron
hace ahora tres años.
Tal día como
hoy, Viernes de Cautivo, pero un 1 de marzo.
Víspera de
nuestra Semana Mayor, viernes de Cuaresma, Viernes de Cautivo……….
Su devoción
por el Señor Cautivo, quién le ayudó a superar un escollo importante en su vida,
hizo que este hombre cumplimentara la visita a su capilla todos los viernes del
año desde que de aquel trance, por la ayuda divina, saliera adelante.
Y así
pasaron años y viernes tras viernes, se repetía su visita, su oración, y su
eterno agradecimiento.
Pero su vida se vio envuelta en otro trance, este más dificultoso, pues ya tenía sacada papeleta de sitio de último tramo.
Y el viernes de hace tres años, que visita al Cautivo tocaba, uno y otro pensaron que ese día se haría de forma directa, para verse esta vez y para siempre, frente a frente.
Hoy sus
manos y su cercanía han estado presentes en mí, en mis palabras, en el recuerdo, en mi expresión emocionada.Y nadie
sabe, cuanto he echado de menos su llamada deseándome suerte, pues otra
comparecencia pública para expresar sentimientos teníamos por delante.
Pero en
fin… Lo dije al inicio, pasan los años, las circunstancias y la vida cambia,
y como cambia.
Pero no
quiero irme de este altar, con la tristeza de estas últimas palabras. Si no con la
felicidad que me proporcionó este bendito reencuentro y con la felicidad
igualmente, de que hoy otras manos me acompañaron y hasta aquí me trajeron, unas
manos que estrenan Cuaresma y casi vida, que son las manos de mis hijos
Francisco y Martín.
Y a ti Madre
te digo; Señora del Primer Dolor. Que aunque
no estés presente en este Cartel, lo has estado durante el tiempo que mis
sentimientos, fueron hilvanando estas palabras.
Y te hago
una confesión, ahora que casi nadie nos oye….Y por si acaso se cumplieran algunos presagios
que corren entre los mentideros cofrades.
Poco o nada
me importará, que cuando Tú divina Majestad se haga el Martes a la calle, la
belleza de Tú rostro, la cubra o no un azul y estrellado palio. No hay mejor
palio que pueda a Ti cobijarte que el de la tarde almeriense con los últimos
rayos del sol, reflejándose en Tu cara. Y cuando la
noche por entero, haya apagado claridades, te cubrirá un cielo estrellado con
la luna alumbrando tan angustioso camino.
Así Tú pueblo Te espera,
la tarde del Martes Santo
y entre la angustia y la pena
mil gracias vas derramando.
Bendita por siempre seas
mocita de la calle Granada,
lucero de San Sebastián
y Madre de Dios Soberana.
El presentador consiguió llegar al corazón del público
congregado en la Iglesia de San Sebastián que, al término de su intervención,
le agasajó con un prolongado y sincero aplauso como reconocimiento a la bella y
profunda reflexión que dibujó en su presentación.
Finalizada la misma tomó de nuevo la palabra nuestro hermano D. José Leyva Cuesta para agradecer en nombre de la hermandad a D. Francisco García Guzmán su emotiva presentación y para dirigir desde el atril la entrega de recuerdos que se produjo a continuación.
Nuestro Hermano Mayor, D. Juan Antonio García López, hizo entrega de un cuadro con la reproducción del cartel al presentador, D. Francisco García Guzmán. La Primera Vice Hermana Mayor, Dª María Dolores Verdejo Sánchez, entregó una metopa al autor de la fotografía, nuestro hermano D. Alberto bascuñana del Águila, y, finalmente, el fiscal de la hermandad, D. Antonio López Ortega, hizo entrega de otra metopa a D. José Alfredo Felices Figueredo, cuya fotografía será la que ilustre la portada del boletín de Cuaresma y Semana Santa de nuestra hermandad.
Al finalizar el acto, los hermanos del AMOR y nuestros invitados, nos trasladamos a nuestra casa de hermandad, situada en el número trece de la Avenida Vilches, para compartir un ágape en un cálido ambiente fraternal y cofrade.
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