
Queremos dar las gracias a nuestra Vice Hermana Mayor, María
Dolores Verdejo, y al capataz del paso del Cristo del Amor, Rafael García, por el
cariño y la dedicación que le han ofrecido a la organización de nuestra
participación en la romería. También queremos dar las gracias a todos los
hermanos y hermanas que, desde ayer, han participado activamente en el trabajo
final aportando su colaboración en la preparación de la comida, el transporte
del equipo desde la casa de hermandad hasta Torregarcía, el montaje y las horas
atendiendo la barra de nuestro ambigú. Por último, y no por ello menos
importante, queremos dar también las gracias a todos nuestros hermanos y amigos
que han acudido a compartir, desde el otro lado del mostrador, un día de
convivencia con su Hermandad. Que vuestra actitud, la de todos, la de todas,
siga siendo ejemplo fraternal del que sentirnos orgullosos como hermanos que
somos.
El día comenzaba bien temprano. A las seis y media de la
mañana se reunían los primeros hermanos en la casa de hermandad para cargar en
un camión los arreos y salir hacia Torregarcía. Al llegar y, tras acomodarlo
todo en los mostradores, se comenzó a preparar todo el despliegue que ha tenido
nuestra cocina. Empezando por el chocolate con bizcocho de primera hora de la
mañana para pasar por las bebidas habituales para el aperitivo, que se han
acompañado de tapas de cocina como el arroz, las migas, la berza o los callos y
las de plancha como el lomo, los pinchos, la chistorra o la morcilla y terminar
con las bebidas espirituosas que, sin embargo, no han llegado a servirse porque
las inclemencias del tiempo han hecho que tuviéramos que poner fin a la jornada
antes de tiempo.
Se alertaba de vientos fuertes para el domingo diez de enero
y las previsiones se cumplieron. Un incansable viento de poniente comenzó a
azotar con fuerza la costa del parque natural Cabo de Gata –Níjar hasta el
punto de que, al finalizar la Santa Misa, los almerienses se comenzaron a
marchar de la playa tras entrar a la ermita a despedirse de su Patrona.
A nivel logístico tampoco era sostenible mantener abierto el
ambigú. El viento no es buena combinación para una cocina y un servicio al aire
libre en la playa. De manera que se vio conveniente comenzar a recoger y, sobre
las cuatro de la tarde, partíamos de vuelta hacia la casa de hermandad.
La jornada finalizó de nuevo en nuestra casa; Donde, después
de volver a descargar el equipo, un grupo de hermanos continuó compartiendo un
rato de hermandad repasando las vivencias que les dejó la romería de
Torregarcía este año de 2016.
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